lunes, 4 de julio de 2011

Historias de Marinos, de Marinos Navegante 3



Historias de Marinos, de Marinos Navegante
Guaymas, Sonora, México
Manuel Antonio C. Sánchez  

Estuve navegando en el destructor Quetzalcóatl, después de que le reparamos sus calderas y quedo bastante bien, este barco estaba de base en Acapulco, Guerrero, México, sigo siendo Guardiamarina  del Cuerpo General y me estoy preparando para mi examen profesional de máquinas. 

Tuvimos un viaje de prácticas con cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar de 4to. año, un año antes de su viaje de prácticas en el Velero Cuauhtémoc, "El Embajador y Caballero de los Mares". Nos tocó visitar los puertos de Ensenada, La Paz, Los Cabos, Guaymas, Puerto Vallarta, Salina Cruz y regresar a Acapulco. 

El puerto que voy a comentar es Guaymas, Sonora, lo visite varias veces pero nada me había conectado con él, hasta esta ocasión, una ocasión muy especial. 

Llegamos y decidimos salir francos e ir a un bar, éramos la Quina, Castellanos y Yo, Castellanos ya era Teniente de Corbeta por ser dos generación arriba que nosotros, la generación de los penachos, así les pusimos porque en su último año en la Heroica Escuela Naval fueron muy cerrados, a diferencia de la Quina y Yo que éramos Guardiamarinas del Cuerpo General todavía, nos metimos no en un bar sino en una cantina, esas que hay en todos lados, no se veía muy bien pero tampoco de mala muerte. 

Pedimos una cerveza para cada quien para empezar a calentar motores, sorpresa para nosotros que nos trajeron tres cervezas caguamas, ahí se estila de esa manera no te dan cervezas chicas  sino caguamas. Como ya eran casi las diez de la noche solo nos tomamos esa y como a las once de la noche, decidimos ir a otro lado, hay una disco por la costera y fuimos para allá. 

Llegamos a la disco y había mucha gente, encontramos una mesa hasta atrás así como demás compañeros y cadetes que fueron a divertirse y conocer personas, pedimos una botella de whisky y empezamos a tomar, pasado un rato y varias copas me pare al baño, ahí fue donde vi pasar a una hermosa mujer, hermosa es poco, muy guapa, la empecé a seguir para ver donde estaba sentada pero con tanta gente se me perdió, ya no la encontré, fui al baño y seguí tomando, de repente la volví a ver bailando con una amiga y espere a que se sentara para poder abordarla. 

Prepare la mejor táctica para poder romper el escudo que toda mujer tiene cuando no conoce a la otra persona, sabía yo y siempre lo había ocupado, has reír a una mujer para que baje su escudo de protección, es y será un punto de quiebre, donde la mujer baja el tan mencionado escudo.

Me acerque y le dije que si quería bailar y me dijo que no, bueno me puedo sentar a platicar contigo y acepto mi petición.

Su nombre es Gloria, su apellido es el de un almirante que no recuerdo y empezamos a reír un muy buen rato, después nos paramos a bailar y seguíamos riendo, mujer bella, muy risueña, alegre y joven, me dijo que era soltera pero tenía un hijo, maestra de una escuela y demás cosas, ya como a las dos de la mañana iban a cerrar la disco y seguíamos platicando muy a gusto, ella no traía carro, pero había ido con una amiga, su hermana ya casada y su cuñado. 

El cuñado le dijo llévalos a la base te presto el carro, nos fuimos el Teniente Castellanos que había bailado todo el rato con la amiga, Gloria y yo, como nosotros no conocíamos Guaymas, nos llevaron a un estacionamiento en campo abierto, ahí la amiga y el Teniente se bajaron y desaparecieron por ahí, Gloria y yo nos quedamos en el carro y lo demás sale sobrando, nos la pasamos muy a gusto. 

Aproximadamente a las cuatro de la mañana, llego el Teniente y la amiga. Gloria nos llevó a la base naval, me dijo que si me daba su dirección y teléfono, gracias pero te aseguro que nunca nos volveremos a ver, y así será mejor, ni yo te conozco y tú tampoco, los dos quedamos de acuerdo..... 

El destructor Quetzalcóatl salió de Guaymas ese día a las siete de la mañana, muchas mujeres fueron a despedir a los marinos pero ni la amiga y mucho menos Gloria aparecieron, ese día me arrepentí de no haberle aceptado su dirección y teléfonos. 

Un año después regrese a ese puerto y la fui a buscar al mismo lugar y pedí un directorio para localizarla por su apellido, pero fue imposible, estoy seguro que no fue un sueño dijera la canción, en mis demás viajes a Guaymas nunca  más la he vuelto a ver, pero sé que existe y fue un momento maravilloso, un momento de marinos, de marinos navegantes........y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, las 2 y las 3.

Si se apareciera frente a tu ventana, por favor me hablas a esta dirección….


2.- El "Pelos"