martes, 2 de agosto de 2011

*Historias de Marinos, de Marinos Navegante IV

Historias de Marinos, de Marinos Navegante

 

Puerto Rico - Barcelona

Manuel Antonio C. Sánchez 

Las Escuelas Navales, son Escuelas de Príncipes. 

 

No se te ocurra enamorarte en un puerto extranjero, no escuches el canto de las sirenas, te volverías loco y te arrojarías por la borda, te desgarraras el corazón y nunca regresaras. Palabras de un hermano circunnavegante. 

 

Siendo cadete de quinto año, en nuestro viaje de prácticas en el velero Cuauhtémoc participaríamos en la regata llamada 500 años de descubrimiento de América. 

 

El itinerario consistía de los siguientes puertos, saldríamos de Acapulco, Panamá, Puerto Rico, Barcelona, Nápoles, Cádiz, Islas Canarias, Puerto Rico, Tampico, Veracruz. A partir de Nápoles nos reuniríamos con demás veleros invitados y comenzaría la regata en su primera fase ya que en Cádiz llegarían más veleros. Todos los veleros tienen motores para su navegación, a partir de ahí se sellarían y comenzaría la regata a velas, solo en caso de emergencia se rompen los seños para poner en funcionamiento las maquinas propulsoras. 

 

Viajamos de la Heroica Escuela Naval, ubicada en Antón Lizardo, Ver., a Acapulco, Gro. en camiones de la Secretaria de Marina, escoltado por patrullas de la Federal de Caminos, llegamos en la noche, con equipaje basto y nuestro mosquetón, el que hasta que egrese de este Heroico Plantel fue mi acompañante en todo momento,  guardias, desfiles de México, Puebla, Veracruz, etc. y viajo conmigo en forma de despedida, en este maravilloso viaje de prácticas. 

 

A partir del siguiente día de nuestra llegada comenzamos a practicar la subida y bajada de los mástiles, posteriormente nos enseñarían a recoger velas y soltarlas, desde las vergas de los mástiles, nos decían que subiéramos con miedo, ese es tu mejor seguro de vida. Empezabas a subir y las escalas eran para varios cadetes, llegabas a la primera verga y disminuía la escala, así paulatinamente, llegabas a un punto donde solo entraba uno de tus tenis e ibas moviéndote al ritmo del velero Cuauhtémoc, es una experiencia difícil, comentábamos que si los cables de la escala se sueltan o llegan a faltar (romperse) me recogen en la cubierta y me tratan de soltar las manos porque estás vienen bien agarradas. 

 

En una salida de francos compre dos paquetes de cigarros alitas para intercambiar en Barcelona. Yo siempre he fumado marlboro o benson, ya iba armado con mis cigarros para toda la primera navegación y si faltaban los compraba en el velero. 

 

La navegación comenzó y llegamos a Panamá sin novedad, todo bien. Estuvimos ahí cuatro días. Cruzar el Canal es una experiencia inolvidable.

 

Zarpamos a Puerto Rico y llegamos sin novedad, ahí conocí a una Boricua muy guapa Alessandra Nicole, vivía por el parque de las palomas, tuvimos gran amistad y gratos recuerdos……., escuche el canto de las sirenas y …. siempre pensé en regresar a verla, pero nunca se pudo y perdimos contacto. 

 

También estuvimos cuatro días y todo bien. Zarpamos a Barcelona, estaban considerados 29 días de navegación. 

 

La navegación con buena mar y mejores vientos, todo tranquilo solo el cambio de horario, aumentándole una hora cada cuatro días, para emparejar el cambio de horario en Europa. Llego el momento que empezaron a faltar cigarros. 

 

El velero tiene una tienda, a la que se le llama fayuca, donde venden todo lo que se vende en las tienditas, refrescos, galletas, tortas, cigarros, etc., etc., y tenían mal calculado como fumábamos, pues en el día 24 de navegación se quedó sin cigarros. 

 

Ya saldrán a buscar cajetillas guardadas en chamarras o en las maletas o tratando de pedirles a los compañeros, pero salieron muy pocos cigarros. Llego el día 26 y estábamos frente a Barcelona, pero no podíamos entrar a puerto ya que el permiso internacional para poder atracar en su muelle era exactamente para el día 29.

 

Ya no había ni un cigarro en el velero, me arme de valor y saque mis alitas esperando me duraran justo para atracar al muelle, exactamente alcanzamos a llegar al muelle y se terminó la última cajetilla de alitas. 

 

Ya no pude cambiar mis cigarros con nadie, ya habían sucumbido en la navegación, pero ya pude comprar mis anhelados marlboro. Años después se repetirá la misma historia, pero ya más educado en el mundo de la navegación. 

 

Cuatro días después partiríamos a Nápoles, Italia, en Barcelona fuimos muy visitados, preguntaban si traíamos caballos, si venía con nosotros Cantinflas y que caminábamos como Hugo Sánchez el futbolista, bien erguidos y con los hombros para atrás, como si fuéramos a golpear a alguien, se les comentaba que se nos habían inculcado a portar el uniforme y comportarnos de esa manera, que recordaran que las Escuelas Navales, son Escuelas de Príncipes y cambiamos el tema.

 

Llegamos a Nápoles y se unieron más veleros, ahí comenzábamos la regata primera fase para nosotros, otros veleros se reunirían en Cádiz, España a donde llegaríamos posteriormente, fuimos como siempre el velero más visitado.

 

"El embajador y Caballero de los Mares", el velero Cuauhtémoc y su tripulación fue la más galardonada, como siempre y en todos los viajes.....los mejores.  

 

Cabe mencionar que en Nápoles, había muchos veleros y claro, muchas personas querían visitarlos, una señora que se acercó mucho a la orilla del muelle y que estaba formada para visitar el Cuauhtémoc, se tropezó y cayó al mar, un hermano "el Pipus" estaba en la Popa del velero y vio lo que sucedió, tomo un salvavidas y se arrojó al mar salvando a la señora. En esta primera fase de la regata Nápoles, Italia a Cádiz, España quedamos en primer lugar. 

 

Continuamos a Isla Canarias y Puerto Rico, ahí volví a ver a la joven Boricua, a partir de ahí nos separamos de la regata, llegaríamos a Tampico, Tamaulipas y posteriormente a Veracruz, Veracruz para graduarnos unos días después.

 

En nuestra graduación se nos otorgó una mención honorifica a toda la tripulación y al  velero Cuauhtémoc por el primer lugar y  a mi hermano "el Pipus" se le daría otra, por rescatar a la señora. 

 

De las siete menciones honorificas que tiene el "El Embajador y Caballero de los Mares" en la actualidad, una de ellas es por nosotros. 

 

Estas son Historias de Marinos, de Marinos Navegantes. 

 

No se te ocurra enamorarte en un puerto extranjero, no escuches el canto de las sirenas, te volverías loco y te arrojarías por la borda, te desgarraras el corazón y nunca regresaras. Palabras de un hermano Circunnavegante.  

 

Tres Lunares - Shine / Soundtrack "Sin Ella" 

 

1.- Mama Helene 

 

2.- El "Pelos" 

 

3.- Guaymas, Sonora, México

 

Marino - Navegante
http://www.marino-navegante.com/