miércoles, 29 de agosto de 2012

IV.- Historias de Marinos, de Marinos Navegantes

Historias de Marinos, de Marinos Navegantes

 

Puerto Rico - Barcelona

Manuel Antonio C. Sánchez 

Las Escuelas Navales, son Escuelas de Príncipes. 

 

No se te ocurra enamorarte en un puerto extranjero, no escuches el canto de las sirenas, te volverías loco y te arrojarías por la borda, te desgarraras el corazón y nunca regresaras. Palabras de un hermano circunnavegante. 

 

Siendo cadete de quinto año, en nuestro viaje de prácticas en el velero Cuauhtémoc participaríamos en la regata llamada 500 años de descubrimiento de América. 

 

El itinerario consistía de los siguientes puertos, saldríamos de Acapulco, Panamá, Puerto Rico, Barcelona, Nápoles, Cádiz, Islas Canarias, Puerto Rico, Tampico, Veracruz. A partir de Nápoles nos reuniríamos con demás veleros invitados y comenzaría la regata en su primera fase ya que en Cádiz llegarían más veleros. Todos los veleros tienen motores para su navegación, a partir de ahí se sellarían y comenzaría la regata a velas, solo en caso de emergencia se rompen los seños para poner en funcionamiento las maquinas propulsoras. 

 

Viajamos de la Heroica Escuela Naval, ubicada en Antón Lizardo, Ver., a Acapulco, Gro. en camiones de la Secretaria de Marina, escoltado por patrullas de la Federal de Caminos, llegamos en la noche, con equipaje basto y nuestro mosquetón, el que hasta que egrese de este Heroico Plantel fue mi acompañante en todo momento,  guardias, desfiles de México, Puebla, Veracruz, etc. y viajo conmigo en forma de despedida, en este maravilloso viaje de prácticas. 

 

A partir del siguiente día de nuestra llegada comenzamos a practicar la subida y bajada de los mástiles, posteriormente nos enseñarían a recoger velas y soltarlas, desde las vergas de los mástiles, nos decían que subiéramos con miedo, ese es tu mejor seguro de vida. Empezabas a subir y las escalas eran para varios cadetes, llegabas a la primera verga y disminuía la escala, así paulatinamente, llegabas a un punto donde solo entraba uno de tus tenis e ibas moviéndote al ritmo del velero Cuauhtémoc, es una experiencia difícil, comentábamos que si los cables de la escala se sueltan o llegan a faltar (romperse) me recogen en la cubierta y me tratan de soltar las manos porque estás vienen bien agarradas. 

 

En una salida de francos compre dos paquetes de cigarros alitas para intercambiar en Barcelona. Yo siempre he fumado marlboro o benson, ya iba armado con mis cigarros para toda la primera navegación y si faltaban los compraba en el velero. 

 

La navegación comenzó y llegamos a Panamá sin novedad, todo bien. Estuvimos ahí cuatro días. Cruzar el Canal es una experiencia inolvidable.

 

Zarpamos a Puerto Rico y llegamos sin novedad, ahí conocí a una Boricua muy guapa Alessandra Nicole, vivía por el parque de las palomas, tuvimos gran amistad y gratos recuerdos……., escuche el canto de las sirenas y …. siempre pensé en regresar a verla, pero nunca se pudo y perdimos contacto. 

 

También estuvimos cuatro días y todo bien. Zarpamos a Barcelona, estaban considerados 29 días de navegación. 

 

La navegación con buena mar y mejores vientos, todo tranquilo solo el cambio de horario, aumentándole una hora cada cuatro días, para emparejar el cambio de horario en Europa. Llego el momento que empezaron a faltar cigarros. 

 

El velero tiene una tienda, a la que se le llama fayuca, donde venden todo lo que se vende en las tienditas, refrescos, galletas, tortas, cigarros, etc., etc., y tenían mal calculado como fumábamos, pues en el día 24 de navegación se quedó sin cigarros. 

 

Ya saldrán a buscar cajetillas guardadas en chamarras o en las maletas o tratando de pedirles a los compañeros, pero salieron muy pocos cigarros. Llego el día 26 y estábamos frente a Barcelona, pero no podíamos entrar a puerto ya que el permiso internacional para poder atracar en su muelle era exactamente para el día 29.

 

Ya no había ni un cigarro en el velero, me arme de valor y saque mis alitas esperando me duraran justo para atracar al muelle, exactamente alcanzamos a llegar al muelle y se terminó la última cajetilla de alitas. 

 

Ya no pude cambiar mis cigarros con nadie, ya habían sucumbido en la navegación, pero ya pude comprar mis anhelados marlboro. Años después se repetirá la misma historia, pero ya más educado en el mundo de la navegación. 

 

Cuatro días después partiríamos a Nápoles, Italia, en Barcelona fuimos muy visitados, preguntaban si traíamos caballos, si venía con nosotros Cantinflas y que caminábamos como Hugo Sánchez el futbolista, bien erguidos y con los hombros para atrás, como si fuéramos a golpear a alguien, se les comentaba que se nos habían inculcado a portar el uniforme y comportarnos de esa manera, que recordaran que las Escuelas Navales, son Escuelas de Príncipes y cambiamos el tema.

 

Llegamos a Nápoles y se unieron más veleros, ahí comenzábamos la regata primera fase para nosotros, otros veleros se reunirían en Cádiz, España a donde llegaríamos posteriormente, fuimos como siempre el velero más visitado.

 

"El embajador y Caballero de los Mares", el velero Cuauhtémoc y su tripulación fue la más galardonada, como siempre y en todos los viajes.....los mejores.  

 

Cabe mencionar que en Nápoles, había muchos veleros y claro, muchas personas querían visitarlos, una señora que se acercó mucho a la orilla del muelle y que estaba formada para visitar el Cuauhtémoc, se tropezó y cayó al mar, un hermano "el Pipus" estaba en la Popa del velero y vio lo que sucedió, tomo un salvavidas y se arrojó al mar salvando a la señora. En esta primera fase de la regata Nápoles, Italia a Cádiz, España quedamos en primer lugar. 

 

Continuamos a Isla Canarias y Puerto Rico, ahí volví a ver a la joven Boricua, a partir de ahí nos separamos de la regata, llegaríamos a Tampico, Tamaulipas y posteriormente a Veracruz, Veracruz para graduarnos unos días después.

 

En nuestra graduación se nos otorgó una mención honorifica a toda la tripulación y al  velero Cuauhtémoc por el primer lugar y  a mi hermano "el Pipus" se le daría otra, por rescatar a la señora. 

 

De las siete menciones honorificas que tiene el "El Embajador y Caballero de los Mares" en la actualidad, una de ellas es por nosotros. 

 

Estas son Historias de Marinos, de Marinos Navegantes. 

 

No se te ocurra enamorarte en un puerto extranjero, no escuches el canto de las sirenas, te volverías loco y te arrojarías por la borda, te desgarraras el corazón y nunca regresaras. Palabras de un hermano Circunnavegante.  


Tres Lunares - Shine / Soundtrack "Sin Ella" 

 

III.- Guaymas, Sonora, México

 

Marino - Navegante
http://www.marino-navegante.com/


viernes, 24 de agosto de 2012

III.- Historias de Marinos, de Marinos Navegantes

Historias de Marinos, de Marinos Navegantes
Guaymas, Sonora, México
Manuel Antonio C. Sánchez  

Las escuelas Navales, son escuelas de Príncipes.


Estuve navegando en el destructor Quetzalcóatl, después de que le reparamos sus calderas y quedo bastante bien, este barco estaba de base en Acapulco, Guerrero, México, sigo siendo Guardiamarina  del Cuerpo General y me estoy preparando para mi examen profesional de máquinas. 

Tuvimos un viaje de prácticas con cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar de 4to. año, un año antes de su viaje de prácticas en el Velero Cuauhtémoc, "El Embajador y Caballero de los Mares". Nos tocó visitar los puertos de Ensenada, La Paz, Los Cabos, Guaymas, Puerto Vallarta, Salina Cruz y regresar a Acapulco. 

El puerto que voy a comentar es Guaymas, Sonora, lo visite varias veces pero nada me había conectado con él, hasta esta ocasión, una ocasión muy especial. 

Llegamos y decidimos salir francos e ir a un bar, éramos la Quina, Castellanos y Yo, Castellanos ya era Teniente de Corbeta por ser dos generación arriba que nosotros, la generación de los penachos, así les pusimos porque en su último año en la Heroica Escuela Naval fueron muy cerrados, a diferencia de la Quina y Yo que éramos Guardiamarinas del Cuerpo General, nos metimos no en un bar sino en una cantina, esas que hay en todos lados, no se veía muy bien pero tampoco de mala muerte. 

Pedimos una cerveza para cada quien para empezar a calentar motores, sorpresa para nosotros que nos trajeron tres cervezas caguamas, ahí se estila de esa manera no te dan cervezas chicas  sino caguamas. Como ya eran casi las diez de la noche solo nos tomamos esa y como a las once de la noche, decidimos ir a otro lado, hay una disco por la costera y fuimos para allá. 

Llegamos a la disco y había mucha gente, encontramos una mesa hasta atrás así como demás compañeros y cadetes que fueron a divertirse y conocer mujeres, pedimos una botella de whisky y empezamos a tomar, pasado un rato y varias copas me pare al baño, ahí fue donde vi pasar a una hermosa mujer, hermosa es poco, muy guapa, la empecé a seguir para ver donde estaba sentada pero con tanta gente se me perdió, ya no la encontré, fui al baño y seguí tomando, de repente la volví a ver bailando con una amiga y espere a que se sentara para poder abordarla. 

Prepare la mejor táctica para poder romper el escudo que toda mujer tiene cuando no conoce a la otra persona, sabía yo y siempre lo había ocupado, has reír a una mujer para que baje su escudo de protección, es y será un punto de quiebre, donde la mujer baja el tan mencionado escudo.

Me acerque y le dije que si quería bailar y me dijo que no, bueno me puedo sentar a platicar contigo y acepto mi petición.

Su nombre es Gloria, su apellido es el de un almirante que no recuerdo y empezamos a reír un muy buen rato, después nos paramos a bailar y seguíamos riendo, mujer bella, muy risueña, alegre y joven, me dijo que era soltera pero tenía un hijo, maestra de una escuela y demás cosas, ya como a las dos de la mañana iban a cerrar la disco y seguíamos platicando muy a gusto, ella no traía carro, pero había ido con una amiga, su hermana ya casada y su cuñado. 

El cuñado le dijo llévalos a la base te presto el carro, nos fuimos el Teniente Castellanos que había bailado todo el rato con la amiga, Gloria y yo, como nosotros no conocíamos Guaymas, nos llevaron a un estacionamiento en campo abierto, ahí la amiga y el Teniente se bajaron y desaparecieron por ahí, Gloria y yo nos quedamos en el carro y lo demás sale sobrando, nos la pasamos muy a gusto. 

Aproximadamente a las cuatro de la mañana, llego el Teniente y la amiga. Gloria nos llevó a la base naval, me dijo que si me daba su dirección y teléfono, gracias pero te aseguro que nunca nos volveremos a ver, y así será mejor, ni yo te conozco y tú tampoco, los dos quedamos de acuerdo..... 

El destructor Quetzalcóatl salió de Guaymas ese día a las siete de la mañana, muchas mujeres fueron a despedir a los marinos pero ni la amiga y mucho menos Gloria aparecieron, ese día me arrepentí de no haberle aceptado su dirección y teléfonos. 

Un año después regrese a ese puerto y la fui a buscar al mismo lugar y pedí un directorio para localizarla por su apellido, pero fue imposible, estoy seguro que no fue un sueño dijera la canción, en mis demás viajes a Guaymas nunca  más la he vuelto a ver, pero sé que existe y fue un momento maravilloso, un momento de marinos, de marinos navegantes........y nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, las 2 y las 3.

Si se apareciera frente a tu ventana, por favor me hablas a esta dirección….
VIDEOS REFERENTES A LA HISTORIA.....
Y nos dieron las diez, Joaquín Sabina

vas a reenviar este e-mail, borra mi dirección; protege a quienes se los envías, colocando las direcciones en la casilla CCO, con copia oculta.
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Marino Navegante

miércoles, 15 de agosto de 2012

II.- Historias de Marinos, de Marinos Navegantes



Historias de Marinos, de Marinos Navegantes


"el Pipus", el Doctor Antonio y "el Abuelo"

 "El Pelos"
Manuel Antonio C. Sánchez
El "Pelos" es un compañero, un hermano de generación, su sobrenombre no se debe a que estuviera siempre despeinado, más bien se debió a que cuando ingresó a la Heroica Escuela Naval Militar había otro Cadete de Segundo año que así le apodaban, ya que era de "pelo en pecho", pero "El Pelos" de mi generación a pesar de sus 16 años tenía más vello aún, así que más que un apodo era su nombre de batalla. Él es del norte del país y nos conocimos desde el ingreso ya que a pesar de que pertenecíamos a diferentes Brigadas y dormitorios, coincidimos en el mismo salón de clases.
El era de la Brigada de Popa Babor y yo de la de Centro Estribor, las Brigadas son nombradas como si fuera un barco proa (adelante), centro, popa (atrás), babor (izquierda) y estribor (derecha), y cada Brigada tiene sus dormitorios.
Desde el inicio nos llevamos bastante bien, los dos teníamos familiares en el Puerto de Veracruz y vivían relativamente cerca de la avenida Primero de Mayo. En el salón de clases nos sentábamos relativamente cerca, él es muy bueno en inglés, lo habla,  lo entiende y en cambio yo, en las matemáticas, tratábamos de explicarnos y entender las materias que se nos complicaban. Cuando terminábamos de estudiar y ya que cada quien se iba a su dormitorio a descansar, invariablemente nos despedíamos de las siguiente manera: "¿vas mañana a la escuela?, no lo sé… tal vez no, ahí te aviso si no voy", como si de verdad pudiéramos faltar al salón de clases
El tercer año del Cuerpo General, creo es el más difícil de la carrera, entre cálculo integral, electricidad, mecánica de los fluidos y termodinámica, eran muchos problemas de matemáticas para resolver, y en las noches, que era la hora de estudio de ocho a nueve nos entreteníamos en entenderlos y contestarlos, gracias a la participación de los dos, logramos comprenderlos y al día siguiente pasábamos al frente del salón a realizar los problemas y refutar al Teniente que nos daba clases. En ingles él me explicaba y salíamos avante en diferentes materias.
A finales del tercer año él exentó inglés y yo cálculo diferencial e integral, él me explico y me apoyó para el examen final de inglés, entró conmigo a realizar el examen, el profesor le pregunto que porque lo iba a presentar si lo había exentado y él contesto para subir mi promedio, tenía un promedio de 9.8, igual pasó para calculo integral lo apoyé en el estudio y presenté el examen con él, lo mismo respondí al Teniente cuando me preguntó porque iba a realizar el examen, para subir mi promedio, tenía 9.5.
Ese año, como los anteriores, en septiembre fuimos a desfilar a México, nos íbamos desde el 6 de septiembre y salíamos francos casi todos los días, claro menos el día que estábamos de guardia, nos juntábamos y nos poníamos de acuerdo, los camiones de la Armada nos dejaban en Bellas Artes, de ahí nos íbamos a algunas tiendas, librerías u otros lugares y al final algún restaurant, cierta ocasión nos encontramos al actor que salía con María Victoria en "La Criada Bien Criada" el Señor Joaquín García "Borolas", se impresionó que lo saludáramos y nos felicitó por estar en este Heroico Plantel, nos confesó que había hecho sus exámenes para entrar, pero por la estatura no pudo.
En este viaje tuvimos gratos encuentros, igual cuando estábamos cenando en un restaurant por los cristales vimos a una señorita muy hermosa hablando por un teléfono público, le dije a mi hermano "Pelos", "¿ya viste se parece a Lady Di?", la vio y me dijo que era muy parecida, como buenos marinos salimos a platicar con ella, nos presentamos y de verdad era hermosa, le comentamos su parecido a la princesa de corazones y ella se reía, tuvimos que márchanos ya que los camiones salían pero, siempre nos acordábamos de ella como la Princesa Diana.
En el carnaval de Veracruz, la Secretaria de Marina autorizaba a la Heroica Escuela Naval, permitir que salieran los Cadetes de jueves a domingo, pero teníamos que pasar lista el sábado a las ocho de la mañana en el CENCAP, (en el centro de Veracruz en una instalación de la armada), uniformados.
Como siempre nos juntábamos en casa de mis abuelos y tomábamos con mi abuelo, escuchábamos historias diversas y las canciones igualmente diversas que el ponía, una que siempre terminábamos cantando a coro era  "Peregrina", peregrina de ojos claros y divinos. 

De compañeros que tuvieron oportunidad de ser los Almirantes de mi Abuelo Antonio y que me acuerdo fueron, "el Pelos", "el Pipus" que mi Abuelo le decía que era de un lugar de Héroes por ser de Puebla y le empezó a decir de cariño el Zacapoaxtla y "el Abuelo".
A todos les brindó la amistad y cariño que se necesita para salir avante, siempre la palabra o la frase que hacía ver que nos estaban forjando para llegar a ser guardianes de la Patria y que tomáramos en cuanta que estábamos en una Escuela de Príncipes, que no cualquiera entraba a ese Heroico Plantel y mucho menos egresaba, que no perdiéramos de vista esto.

Ese día ya como a las ocho de la noche nos fuimos al zócalo de Veracruz a vernos con demás hermanos y seguir tomando, por seguridad nos decían que no anduviéramos solos, cuando menos dos, ya que siempre hay broncas, entramos en un bar y como siempre el ambiente de marinos, con novias o solos pero todos departíamos muy a gusto, como a las dos de la mañana del sábado salimos al zócalo y a seguir divirtiéndonos, nos encontramos al teniente G. Galindo que era nuestro profesor, (acaba de ser relevado como comandante del velero Cuauhtémoc, hace unos meses) el como siempre nos trató muy bien y estuvimos bromeando con, ya que eran como las cuatro de la mañana y le decíamos que no iríamos a pasar lista, que el hablara para darnos presentes, pero claro no se podía, estuvimos charlando un rato más con él y tomamos un taxi, el "Pelos", el "Loco" (Reyna, ahora es mi paisano Chunco, siempre quiso ser de Oaxaca) y yo íbamos a arreglarnos para ponernos el uniforme a la casa de mis abuelos y poder ir a pasar lista, cuando llegamos el "Pelos" ya no entendía razones y estaba muy mal, eran las seis de mañana y tocamos para que nos abrieran la puerta, salió mi abuelo Antonio, el cómo Doctor vio al "Pelos" e inmediatamente dijo llévenlo a la habitación y acuéstenlo en la cama.
Entre "el Loco" y yo lo acomodamos y mi abuelo nos dijo sube por unas naranjas y que se tome el jugo, métanlo a bañar.
La casa de mis abuelos era una casa de huéspedes de mujeres, es una casa de tres pisos y en el piso de hasta abajo tenía yo mi habitación, mi abuelo nos quería y nos cuidaba, éramos sus Almirantes, varios de los hermanos que llegaron a visitar la casa de mis abuelos y estar una tarde brindando con el Doctor lo recuerdan con mucho cariño, a él y a su "peregrina", peregrina de ojos claros y divinos.
Le dijimos que se quitara la ropa en lo que íbamos por las naranjas y una toalla, cuando regresamos a la habitación el "Pelos" andaba desnudo en el pasillo y gritando, que como estimaba a mi abuelo, fuimos por él y lo metimos a bañar con agua fría, empezó a reaccionar y ya pudo secarse y uniformarse, ya eran las siete y media de la mañana, teníamos que salir inmediatamente para localizar un taxi y nos fuimos a pasar lista. Como siempre regresamos con mi abuelo a darle las gracias y a convivir con él.
Posteriormente entre como depositario de ropa, e invite al Pelos para tener más tiempo de estudiar, todas las semanas los cadetes entregan su ropa a lavar y nosotros la entregamos a personal de la lavandería y cuando nos la regresan  hay que acomodarla por número de orden del cadete, hay tres depósitos de ropa uno para cada brigada, proa, centro y popa, nosotros éramos del depósito de popa, los domingos no pasábamos bandera pues se entregaba la ropa a lavandería, ahí podíamos estudiar y fumar hasta la madrugada, en México compre anuncios de coca cola y decore el deposito con esos poster, éramos los más efectivos.

Tiempo después yo tuve un accidente y los rumbos de nuestra navegación cambiaron yo pase a la generación de abajo pero, nuestro trato y amistad siguió siendo la misma.
Posteriormente los dos egresamos de la Heroica Escuela Naval y nuestro rumbos de navegación se encontraron en Salina Cruz, Oaxaca, el ya como Teniente de Corbeta y yo como Guardiamarina. Él estaba en el Guardacostas 86 "González Ortega", con base en ese puerto y yo en el Guardacostas 77 "Juan N. Álvarez" con base en Acapulco Gro.
Como toda la vida nos dio mucho gusto vernos y me invito a comer a "La Pasadita", un restaurant de mariscos muy sabroso, fuimos y pidió una botana de mariscos y una botella de whisky, eran como las tres de la tarde, nos la pasamos recordando nuestra época de cadetes, a mis abuelos, "Peregrina" y demás cosas, pedimos otra botella y continuamos platicando ya eran las doce de la noche y el restaurante nos dejó más agua, hielos y nos cobró. Salimos de ahí como a las dos de la mañana, éramos los únicos en el restaurante y claro, el velador que nos abrió la puerta para irnos.
Hermano "Pelos" con todo el cariño que el recuerdo trae, sé que en algún momento nuestros rumbos de navegación se volverán a encontrar, un abrazo sincero.
Estas son Historias de Marinos, de Marinos Navegantes.


 I.- Mama Helene



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Marino Navegante
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